CUENTO DEL BARRIO DE SACSAMARCA - TARMA
Cuando se va a Sacsamarca por el camino gran de la pampa, se llega hasta MAL PASO, allí a un costadito, al pie de una chacra grande, hay un puquial. Su agüita brilla suavemente como si fuera de plata.
Los momentos en que el calor sofoca, este puquial calma la sed y el agotamiento del caminante. Pero existe un rió muy cerca de allí conocido como el HUANTAY, se dice que este rio le tiene odio. De vez en cuando este extiende sus aguas turbias cubriendo todo el manantial, para ensuciarlo.
En las noches de luna obran los hechizos, Cuando el reloj grande del pueblo toca las doce campanadas.
Algunas noches se escucha un fuerte crepitar, como si ardiera leña seca arrojando una luz rojiza que brilla intensamente. Si alguien se acerca a mirar, llevado por su curiosidad, le quema los ojos y pueda quedar ciego.
Otra veces sale una enorme cabra. Sus cuernos son serpientes que van enroscándose entre si incesantemente, su barba y su pelaje llega a toparse con el suelo y despide fétido olor a azufre. Cabretea dando zancadas y balando ronco como un condenado, cuando siente que alguien se acerca, se torna invisible y lo ataca, dejándolo sin sentido. Muchos han despertado muy lejos del camino.
En el mes de noviembre, aparece un cura. Horribles llagas cubren su cuerpo. Su cara es una calavera. Sale del puquio gritando desesperadamente y se interna en el rió HUANTAY. Allí se baña, a veces, clamando lastimeramente porque su cuerpo le arde; o, sino vociferando. echando maldiciones e imprecaciones, es que los gusanos hacen cosquillas su cuerpo cuando esta hambriento. Dicen que fue un cura malo, cometió pecados contra el honor y las buenas costumbres y Dios lo maldijo.
Las personas que conocen el maleficio de este puquio, al pasar por MAL PASO a la media noche, invocan el nombre de Dios. Entonces el puquialendemoniado pierde sus poderes y desaparece.
Los momentos en que el calor sofoca, este puquial calma la sed y el agotamiento del caminante. Pero existe un rió muy cerca de allí conocido como el HUANTAY, se dice que este rio le tiene odio. De vez en cuando este extiende sus aguas turbias cubriendo todo el manantial, para ensuciarlo.
En las noches de luna obran los hechizos, Cuando el reloj grande del pueblo toca las doce campanadas.
Algunas noches se escucha un fuerte crepitar, como si ardiera leña seca arrojando una luz rojiza que brilla intensamente. Si alguien se acerca a mirar, llevado por su curiosidad, le quema los ojos y pueda quedar ciego.
Otra veces sale una enorme cabra. Sus cuernos son serpientes que van enroscándose entre si incesantemente, su barba y su pelaje llega a toparse con el suelo y despide fétido olor a azufre. Cabretea dando zancadas y balando ronco como un condenado, cuando siente que alguien se acerca, se torna invisible y lo ataca, dejándolo sin sentido. Muchos han despertado muy lejos del camino.
En el mes de noviembre, aparece un cura. Horribles llagas cubren su cuerpo. Su cara es una calavera. Sale del puquio gritando desesperadamente y se interna en el rió HUANTAY. Allí se baña, a veces, clamando lastimeramente porque su cuerpo le arde; o, sino vociferando. echando maldiciones e imprecaciones, es que los gusanos hacen cosquillas su cuerpo cuando esta hambriento. Dicen que fue un cura malo, cometió pecados contra el honor y las buenas costumbres y Dios lo maldijo.
Las personas que conocen el maleficio de este puquio, al pasar por MAL PASO a la media noche, invocan el nombre de Dios. Entonces el puquialendemoniado pierde sus poderes y desaparece.